
Estrías
Las estrías son zonas de atrofia cutánea que se manifiestan en forma de líneas de color rojizo o blanquecino. Se localizan en el tejido conjuntivo y se observan por transparencia a través de la epidermis; son una especie de cicatrices anómalas, producidas por una fibrosis excesiva localizada como respuesta a la ruptura y mala calidad de las fibras elásticas.
Se presentan con mayor frecuencia en la zona de los muslos, y aparecen en otras muchas partes del cuerpo, desde el abdomen a las caderas, pasando por glúteos, brazos y la zona del pecho.
Los tratamientos para las estrías tienen mayor efecto cuando se realizan en etapas tempranas (estrías rojas). En este caso, la luz pulsada intensa (IPL) es un tratamiento que ayuda a disminuir el tono rojo de las estrías, además de estimular la producción de nuevo colágena y elastina.
Cuando las estrías se vuelven blancas (estrías atróficas) son más difíciles de tratar. En estos casos se recurre a modalidades de tratamiento más específicas donde se induce una regeneración de nueva piel con el subsecuente remodelamiento del tejido subcutáneo. Uno de los tratamientos más efectivos que existe actualmente para el tratamiento de las estrías blancas es el láser de CO2. El láser de CO2 es un láser fraccionado ablativo que mejora la consistencia de la piel y sirve para tratar múltiples condiciones: arrugas finas, cicatrices, estrías y realizar tratamientos de rejuvenecimiento facial.
Para el tratamiento de estrías se requieren un promedio de 3 sesiones a 6 sesiones (dependiendo de cada caso particular), que se complementan con un tratamiento tópico. Combinado con el láser, éste hace que aumente la producción de colágeno en la piel, lo que conlleva una mejoría de la estría y también de la calidad de la piel. Con la combinación de láser y tratamiento tópico, aunque es difícil que las estrías desaparezcan por completo, mejorarán en torno a un 50-70%.